1 de junio de 2012

Mas universidad, menos trabajo

Últimamente parece que en Argentina se le da mas apoyo a las universidades que a las escuelas.
Dentro de las ultimas están las escuelas técnicas, las del trabajo. Aquellas que formaron a los torneros y mecánicos de los 60 y que hoy parecen ser "figurita difícil".
En este momento se apoya a las universidades que producen cada vez mas abogados, licenciados y otros títulos inventados para enmascarar el tiempo transcurrido sin aprender nada.  En general esto ocurre desde hace 30 años, menospreciando al que estudia una carrera de trabajo donde debe aprender a manejar fundamentalmente sus manos acompañando los conocimientos técnicos.
Esto genera el personal idóneo para todas las tareas necesarias en la industria, esa que todo el planeta extraña.
El mundo económico se acostumbró a que el trabajo lo realicen los chinos, basando sus economías en la reventa de productos lo que genera dependencia al pasar los años. Lo único que genera recursos genuinos es el trabajo de las industrias. Ocupando a los habitantes de la nación y produciendo para su comunidad y también exportando aquello que es aceptado por la comunidad internacional. Sin depender de nada podemos sostener el país activo, autónomo.
Para lograr este objetivo deben cuidarse las escuelas técnicas y apoyar las universitarias de ingeniería.
De nada sirve un millón de abogados si no hay producción.
Cada región tiene su producción natural. Papa, maní, sorgo, girasol, lana , leche, carne, etc.
En ese lugar las escuelas deben enfocar sus carreras técnicas y las universidades darle el marco necesario también a la producción regional.
Me gusta la abogacía porque me parece una carrera creativa, soy músico, donde cada caso depende de una interpretación diferente del marco legal que le atañe. Esta creatividad  se adquiere con el ejercicio permanente de  la actividad. Lamentablemente veo a abogados sin experiencia ocupar cargos en ministerios, secretarías, gobiernos, municipios. Ocupando cargos por el sueldo sin importar la creatividad y sin tener el conocimiento necesario del cargo que ocupan. Así es como es mas importante la oficina, el entorno de relaciones públicas que el taller indispensable para hacer una tuerca. Terminamos al poco tiempo convenciendo al país de que es mas rentable comprarla a China que fabricarla aquí.  Dejando a operarios técnicos sin trabajo, con sus niños usando subsidios para la escuela, y todo lo demás que trae la desocupación.
Allí aparece al fantasma de la moneda extranjera, como el dólar, que opaca el medio de intercambio local que es el producto del esfuerzo de cada habitante de esa región.
Todos los países del mundo viven hoy este problema. Es el ocaso del capitalismo, que se aferra a todo para sostenerse, hasta de las guerras.
Si no queremos que esto nos afecte como nación debemos apoyar a las escuelas técnicas primero y después a las universidades tecnológicas, en tercer lugar a las universidades sociales.
Es un orden lógico, sin producción no hay dinero, sin dinero no hay sociedad.